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lunes, 31 de julio de 2017

SALUD: CURACIÓN Y CONCIENCIA

Por: Bertha Rincón Sánchez*
                                   
Al brindar, te pones de pié y con la copa de vino en la mano, la levantas y dices ¡Salud!; si alguien estornuda, aún en el más estricto protocolo, varias personas pronuncian la palabra ¡Salud! ¡Salud! ¡Salud!;  si adquieres un bien como una casa, automóvil, vestido, las personas te dicen: ¡con Salud!; al inicio del año se escucha el estribillo de una canción que desea ¡Salud, dinero y amor! en este orden: primero Salud. Pareciera que lo más preciado es la salud; todos la anhelan, se pide como la mejor de las bendiciones y cuando se pierde, se nubla el camino, se decae el ánimo y tanto el enfermo como su entorno, se lamentan.

Según lo anterior, da la impresión que la salud llega de fuera, como si de un privilegio se tratara. Una creencia muy común hoy en día es que al médico se le otorga la responsabilidad de la prevención,  la cura y el mantenimiento de la salud de sus pacientes.  Las personas suelen pensar que su estado personal de salud, depende  en gran parte de la genética. Otros dicen, “eres lo que comes”. Desde la antigua Grecia se sabe que “mente sana en cuerpo sano” y se puede seguir… Entonces ¿qué es la salud?

No se puede hablar de salud sin hablar de enfermedad. Según Dethlefsen,T. y Dahlke R. En su libro La Enfermedad Como Camino, 2012,  “… la enfermedad es un estado que indica que el individuo, en su conciencia, ha dejado de estar en orden o armonía. Esta pérdida de equilibrio interno se manifiesta en el cuerpo en forma de síntoma.” (págs. 21 y 22). Con esta definición vemos que la salud abarca, además del concepto de enfermedad, el concepto de la conciencia,  del orden y armonía, del equilibrio interno y del síntoma. Con esta definición, parece ser que la salud es el resultado de un proceso de cambio de paradigma pues tiene que ver con una visión de auto conciencia y responsabilidad del propio individuo hacia sí mismo y con la relación del individuo como un ser vivo en su totalidad, con el entorno en su totalidad, también.

Leyendo a estos autores, me parece que el elemento sobresaliente es el Síntoma pues es el mensajero, “…señal y portador de información… y nos obliga a estar pendientes de él… El síntoma nos informa de que algo falta.” (pág. 22). La conciencia es la capacidad de darse cuenta y es a través de ella que la persona se da cuenta que algo le falta; cuando se es conciente del síntoma, éste se convierte en un aliado  para vencer la enfermedad. Es en la conciencia donde el orden y la armonía se ven quebrantados y el cuerpo lo refleja como enfermedad; no es el cuerpo el que enferma, es el ser humano el que es capaz de enfermar. Por lo tanto, “no suscribimos la habitual  división de las enfermedades en somáticas, psicosomáticas, psíquicas y espirituales. Esta clasificación sirve más para impedir la comprensión de la enfermedad que para facilitarla.” (pág. 18)
 Cuando se presenta el síntoma en el cuerpo del ser humano, reclama la atención, interrumpe y lo detiene. “Esta interrupción que nos parece llegar de fuera nos produce una molestia y desde ese momento no tenemos más que un objetivo: eliminar la molestia.” (pág.19)

El síntoma coloca la sombra frente a los ojos. “Llamamos sombra (en la acepción que da a la palabra C.G. Jung) a la suma de todas las facetas de la realidad que el individuo no reconoce o no quiere reconocer en sí y que, por consiguiente, descarta” (pág. 52). El ser humano  proyecta, es decir “El Yo determina un Tu que es considerado como lo externo. Ahora bien, si la sombra está formada por todos los principios que el Yo no ha querido asumir, resulta que la sombra y el exterior son idénticos.” (pág.54). La sombra contiene lo que falta. Los autores mencionan que ir por lo que falta, o sea, enfrentarse a la sombra, se requiere de sinceridad para contemplarse a uno mismo “… Y, para el que busca la sinceridad al contemplarse a sí mismo, la enfermedad puede ser de gran ayuda. ¡Porque la enfermedad nos hace sinceros! (pág.58). Si la enfermedad muestra tal cual al ser humano, es la misma, la que ofrece la oportunidad de ser más auténticos y responsables de asumir lo que antes faltaba y ahora se integra a la conciencia del sí mismo.

Con lo expuesto en el presente texto, se puede decir que el ser humano es más sano en la medida que esté más completo. “Enfermedad y curación son conceptos que pertenecen exclusivamente a la conciencia, por lo que no pueden aplicarse al cuerpo, pues un cuerpo no está enfermo ni sano. En él solo se reflejan, en cada caso, estados de la conciencia.” (pág. 23).

Al revisar la esencia del planteamiento del libro La Enfermedad Como Camino, se puede apreciar que la salud o el estado de salud o dicho también, lo saludable, es un proceso interno de conciencia e integración que apunta al equilibrio de las partes que conforman al Ser Humano y es a él mismo y nadie más que le compete la responsabilidad de mantener su cuerpo como un reflejo del estado de su conciencia pues es en esta donde se genera la curación para ser y estar saludables.  ¡Salud!
*Bertha Rincón es especialista en temas de Creatividad, Psicoterapeuta y Docente del IHPG. Especialidad en facilitación de grupos y trabajo con Síntomas.
 
Referencias bibliográficas
Dethlefsen,T. y Dahlke R. (2012) La Enfermedad Como Camino. Editorial De bolsillo.

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