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martes, 6 de junio de 2017

Encuentros eróticos y satisfacción sexual desde una mirada gestáltica

Por: Nila Ramírez Quintero[1]

En la vida, hay momentos eróticos, aquellos que me hacen experimentar sensaciones de placer: un beso, una caricia, el roce de la mano de alguien que me gusta, hacer el amor, el encuentro furtivo con aquel ser que coincidió conmigo para crear un momento de gozo y millones de posibilidades que desencadenan la respuesta sexual humana.

“El erotismo, es un término que se utiliza para denotar la búsqueda de la excitación sexual; pero también es una manera de vivir la vida, con todos los sentidos, permitiendo y construyendo el placer, el bienestar y la salud. (…) El erotismo transcurre en el escenario de la representación simbólica de una cultura, y despliega sus poderes en dos planos: en el espacio de lo privado y en el de lo público. Depende de factores económicos, sociales, políticos, culturales y psicológicos de cada época, en cada país, grupo, familia y persona.” (Aldana, 2008)

Cuando vivenciamos erotismo, nos referimos siempre a un encuentro, esa otredad que permite que los elementos de la experiencia se organicen para que antes de que lo registre en el pensamiento y lo pueda nombrar con palabras, esté inmersa en la experiencia erótica frente a la particularidad de estar en este espacio y tiempo contigo…

Tú, representas aquello que he aprendido a lo largo de mi historia, aprendizaje significativo escolar, extraescolar, de familia, cultura, oficina, trabajo u ocio que me ha hecho descubrir lo que me gusta, instantes de novedad, que conjugan todas esas historias de interminables momentos de placer y se enriquecen con lo que nos ocurre:  tú y yo sintiendo, mi ser respondiendo a los estímulos de lo que mis sentidos me van reportando.

Jean Marie Delacroix, nombra como “…una de las características destacadas de la terapia gestáltica, la de no centrar la cuestión del hombre en el plano del individuo sino en el campo y la interacción, salir desde una visión psicocentrista e individualista hacia una visión interactiva” (Delacroix, 2008, pág. 68)

Cuando usamos está visión, para hablar de encuentros sexuales, la mirada es amplia, nos invita a no perder de vista, que la experiencia está conformada por los elementos del campo, que incluyen a las personas participantes en el encuentro, más todos los factores espaciales y temporales que componen ese momento, en otras palabras, no es lo mismo la experiencia de estar de luna de miel con mi pareja en la habitación de un hotel, a la del elevador de mi trabajo con mi amante, mientras nos damos caricias apresuradas antes de llegar al piso 15.

Cada encuentro tiene diferentes significados, y cada experiencia sólo puede ser sentida y nombrada desde la vivencia de la persona. 

Para estudiar el proceso del coito, (hacer el amor, tener sexo, un rapidín) o cualquier acto que incluye el proceso de la respuesta sexual humana, los médicos, terapeutas y sexólogos nos apoyamos, mirando y evaluando

… una serie de procesos fisiológicos que ocurren en el individuo y tienen como objetivo principal responder a ciertos estímulos específicos con la potencialidad de desencadenar un orgasmo. A los estímulos que provocan esta respuesta se les llama estímulos sexuales. La respuesta sexual es regulada por la interacción de procesos biológicos, psicológicos y sociales. (Rubio Aurioles & Revuelta Zúñiga, 2007, pág. 475)

Un encuentro:

 “W” y “X”, llevan saliendo 1 mes, el día de hoy se encuentran para cenar en un lugar elegante, con luz tenue, música suave y velas.

El encuentro desde la mirada de “W”

 “W” observa a “X” con atención, le gusta lo que mira y  se siente en completa atracción, sus movimientos van sintonizándose con “X” y en un momento de la noche, justo cuando se encuentran rozándose la pierna por debajo de la mesa y con las manos casi tocándose, “W” piensa: “Sí, hoy tengo ganas de ir al hotel y tener un encuentro de mucha pasión”, comienza a imaginar el cuerpo de “X” sin ropa, su excitación va subiendo tanto, que le cuesta continuar la cena, finalmente “W” y “X” deciden ir al hotel, en un momento se desvisten, las caricias son intensas “W” está en éxtasis total disfrutando de ese momento placentero, va gozando cada instante de descubrir el cuerpo de “X”.  Después de gloriosos minutos, llega al momento del orgasmo y un gemido de satisfacción inunda el espacio por unos segundos, “W” se separa de “X” y se permite descansar sobre la cama con una enorme sonrisa en el rostro.

La versión de “X”

“X” mira a “W”, le recuerda un poco a su ex, sin embargo hay algo que le atrae mucho de “W” de forma muy particular, cuando están compartiendo un momento “X” siente tranquilidad, confianza, esa sensación que le permite cerrar los ojos y dejarse llevar, en un instante se encuentra haciendo consciencia de esa sensación cuando nota que tiene su pierna junto a la de “W” y no le dan ganas de quitarla, se reafirma que le gusta esta sensación y que confía, cuando “W” hace la propuesta de ir al hotel, “X” lo medita un instante y accede, nota como en ese momento soltar el control está siendo muy excitante y que mirarse en la mirada de “W” le hace sentirse en una combinación de calma y excitación. En el hotel, lo que más disfruta es soltarse y dejar que sea “W” quien lleva la rienda de la situación, todo va siendo muy placentero y cuando “W” tiene ese gran orgasmo, “X” se siente en plenitud y satisfacción, nota como se separa de “W” para entrar en un sueño profundo que le permite descansar con los músculos del cuerpo en completa relajación.

En conclusión, desde la mirada de la terapia Gestalt, observamos no sólo el proceso fisiológico del individuo, sino la co-creación de la experiencia de los participantes, el espacio y el tiempo, por lo que, el encuentro erótico se convierte en un evento placentero y satisfactorio en la medida que ayuda a llenar una necesidad que surge en un momento y contexto específico.

 

Referencias:

-        Aldana, A. (2008). Psicología y sociología del erotismo. En I. A. Montis, Sexualidad Humana (pág. 31). México, Distrito Federal: Manual Moderno.


-        Delacroix, J.-M. (2008). Encuentro con la Psicoterapia. Una visión antropológica de la relación y el sentido de la enfermedad en la paradoja de la vida. Santiago de Chile: Cuatro Vientos.


-        Rubio Aurioles, E., & Revuelta Zúñiga, S. A. (2007). Fisiología del Erotismo Humano. En C. N. Población, Antología de la Sexualidad Humana (pág. 475). México: Miguel Ángel Porrúa.




[1] Mtra. Nila Ramírez Quintero. Lic. en Psicología, Sexóloga, Maestra en Gestalt por el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt, Docente y Psicoterapeuta Gestalt.

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