Para empezar a hablar del maternaje y paternaje resulta necesario señalar que estas palabras parten de distintas raíces: Maternaje y Paternaje se diferencian en el prefijo, el primer término viene de Mater que significa “madre y materia”, el segundo viene de Pater que significa “padre y patrón”, ambos comparten el sufijo aje que quiere decir “acción y efecto de”.
Si pudiéramos tener una definición etimológica de maternaje y paternaje
sería la “acción y efecto de… ser madre o padre”. Quiero resaltar la
importancia de la acción, del estar
siendo, de lo que no puede establecerse con “solo” lo biológico, implica
más ser un verbo que un sustantivo, un presente continuo, un estar siendo no
solo desde algo preestablecido sino desde una elección en el presente. Esto nos
lleva a pensar en la diversidad y en las posibilidades, en madres biológicas
que no ejercen la opción del maternaje, en tíos que eligen el paternaje de sus
sobrinos, en abuelos, en familias sustitutas, e incluso en instituciones, en
todos aquellos que asumen como propia la acción de ser madres o padres.
Una vez establecido que el “estar siendo madre/padre” no depende de una
condición biológica, sino de una condición socio-emocional, me surgen las
preguntas: ¿Qué será lo importante en la acción de ser madre/padre?, ¿En qué
cosas tendría que poner atención?, ¿Qué es lo que resulta representativo y
determinante de esta acción?
Cuando pienso en estas preguntas, en las personas, en las familias, en las
instituciones de las que me he sentido hija o madre, descubro que la principal
característica que encuentro es que siento amor/aceptación/aprecio positivo
incondicional. Son lugares que se vuelven tierra fértil para el crecimiento y
el desarrollo humano, cuando pienso en esos momentos y en esos espacios, vienen
a mí frases como: “haría lo que fuera por ti”, “daría lo que se necesitara para
que estés bien”, “el corazón se me hace grande de lo que siento por ti”. Estas
frases suelo escucharlas en muchos padres, en personas que sienten la elección
del maternaje/paternaje, en esos que han asumido la postura de aventarse a la
vida por alguien.
Ser madre o padre, no siempre está permeado por el amor, en ocasiones es
un accidente, un motivo de pelea, de separación, etc. A diferencia de la figura
de la madre o la figura del padre (como entidades), el origen del
maternaje/paternaje (como acción) es siempre amoroso, vivir, actuar, caminar,
pensando y sintiendo y eligiendo a alguien como “tuyo”, considero responde a la
necesidad de vincularnos como seres humanos y probablemente a una necesidad de
trascendencia mucho más amplia. De ahí que el maternaje/paternaje es algo que
se elige y se asume a cada momento.
Por lo tanto, me gustaría concluir diciendo que el maternaje/paternaje
es una de las formas que encontramos los seres humanos para satisfacer nuestras
necesidades psicológicas y de trascendencia. Ya sea que el hijo haya llegado de
forma biológica o socioemocional, elegir a alguien como tuyo, implica una
satisfacción de algo tuyo, implica un compromiso con la forma de relacionarnos,
implica un cambio en la forma de estar en el mundo.
Para ampliar el tema, invito a revisar el artículo de Carmen Vázquez[1]
(2014) donde propone algunas características de lo que ella denomina “padres
gestálticos”:
·
Dejarse sentir
el amor incondicional
·
Saber apoyar y
auto-apoyarse
·
Capacidad para
poner límites
·
Estar presente
y disponible
·
Saber esperar
el momento oportuno (contar con el otro)
·
Tener fe y
confianza en la fuerza de la vida
·
Cuidar los
detalles espontáneos
Helena González Vallejo *
Licenciada en Psicología, con Maestría en Gestalt y Especialidad en
Desarrollo Humano por el IHPG. Coordinadora Académica del IHPG Condesa.
[1]
Vazquez, C. (2014). ¡Que la fuerza te acompañe! Mi homenaje a los padres
gestálticos en: Sin ti no puedo ser yo.
Pensando según la Terapia Gestalt. Pp.
97 - 112
hola, donde puedo encontrar bibliografía de Carmen Vazquez en relación a los padres Gestalticos
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