Cuando me invitaron a colaborar al blog del Instituto con el tema “mujer” no recordaba que en marzo es el Día Internacional. Ahora que ya pasó y que el tema estuvo en boca de todos, mis reflexiones se intensificaron. Hay mujeres que agradecen las felicitaciones y la rosa de regalo, hay quienes se ofenden y repudian el mismo acto el 8 de este mes. Las posturas son tan diversas que me he preguntado cuál es la mía muchas veces, ha ido y sigue cambiando en el tiempo.
Al escribir el párrafo anterior no estaba
particularmente pendiente de mis sensaciones, me sentía cómoda de iniciar algo.
Pero basta detenerme un momento sobre el tema “mujer” para que empiece a sentir
un hueco en la boca del estómago, y algo que inicia su camino hacia las ganas
de llorar, aunque a distancia aún.
Algo tienen que ver esas sensaciones con lo que
llamamos awareness en Gestalt, y como
yo no quiero ponerme a llorar ni sentir huecos, funciona ahora recordar a Robine
(1997), quien explica el término como una forma de consciencia sensorial previa
a la consciencia reflexiva. Es una consciencia que nos brinda información de
manera inmediata. Rollo May (1980) dice que en terapia buscamos ampliar la
consciencia ayudando a transformar el awareness en consciousness. Es el devenir
gestáltico de hacer consciente lo
inconsciente. (May, citado en Robine, 1997).
Sobra decir que la consciencia no sólo se amplía en
terapia, la vida nos presenta infinitas posibilidades para hacerlo. Sin
embargo, hay un requisito para que podamos ampliar nuestra consciencia, en la
medida y en el lugar que sea: el apoyo del entorno. No podemos aprender,
incorporar y asimilar algo nuevo o crecer, si no tenemos apoyo suficiente del
entorno.
Esta veloz vuelta a la teoría es pertinente porque
me ayuda a explicar (a explicarme) cómo es que pasé la mayor parte de mi vida
sin darme cuenta de algunas implicaciones de ser mujer. Cuando escribo esto
vuelvo a sentir un hueco, aunque esta vez sé mejor qué significa esta sensación.
Ahora soy consciente y puedo reflexionar sobre cómo, a pesar de haber tenido
mucha suerte de nacer en una familia libre de violencia y de haber recibido
educación (por mencionar algunos ejemplos), no siempre recibí suficiente apoyo
para darme cuenta, al menos como me doy hoy, de lo que implica ser mujer.
Nada, nunca, me ha hecho sentir tan vulnerable en el
mundo como ser mujer. Ésta es la implicación, sobre ser mujer, que he estado asimilando
en los últimos años. Aunque nunca me sentí menos querida que mi hermano varón
ni tampoco menos inteligente que mis compañeros en la escuela cuando niña, es
evidente que sí me faltó apoyo para darme cuenta de lo vulnerable que somos las
mujeres, para poderme dar cuenta de lo vulnerable que soy yo.
Me sigue sorprendiendo que hayan pasado décadas para
que pudiera atravesar sensaciones parecidas al hueco que describía al inicio, y
por otro lado entiendo bien que es un hueco tan cargado de miedo y de dolor que
cualquiera quisiera dar una definición en vez de atenderlas. Me sorprende que
me haya funcionado contarme la historia de ser tan afortunada de que mi vida no tuviera nada que ver con la de niñas a quienes, privadas de sus
derechos, mutilan y casan con un viejo (por poner uno de tantos ejemplos
posibles). ¿De qué me podría sentir vulnerable, si lo único que podría tener en
común es que soy mujer?
Me da pena reconocer que hubo muchas cosas de las que
no me daba cuenta, que estaba anestesiada a lo que implicaba para mí ser mujer.
Para mí, implica sentirme increíblemente vulnerable porque, de haber nacido en
otro país mi destino pudo haber sido como el de aquellas niñas. Siento más mi
vulnerabilidad cuando me doy cuenta que los hombres tan afortunados como yo no se sienten más vulnerables que el otro
sexo sólo por ser. Siento con profunda tristeza mi vulnerabilidad, cuando me
doy cuenta de que los hombres que amo son también parte de esta inequidad, y siento
una revoltura de sentimientos horribles cuando me doy cuenta de que yo, aún hoy
habiendo ampliado mi consciencia, también participo.
¿Para qué sentir esta vulnerabilidad? Asomarme a una
consciencia que me va a mostrar todo lo que he soportado me generará más dolor
que asombro. Reconocerme parte de este entorno tan violento y el devenir de mi awareness en consciousness implica dolor, vergüenza, momentos de desesperanza. Por
eso es tan importante y hablé sobre el apoyo al inicio. Necesité encontrar
soporte y saberme acompañada y entendida por otros en las implicaciones de ser
mujer para poder atravesar mis miedos.
Que las mujeres seamos más vulnerables es un
problema complejo y global, nos afecta tanto a hombres como a mujeres. Culparnos
y reprocharnos no sólo no resuelve nada, sino que además nos aleja del apoyo
que necesitamos para incrementar nuestra consciencia y tener así mayores
opciones de acción.
Cuando logro discernir de entre mis posibilidades
qué es lo mejor para mí y para los demás, cuando soy consciente de mis acciones
desde lo que implica ser mujer para mí, entonces sí que soy afortunada (sin
cursivas). La invitación de este texto es recordarte que tú también lo eres.
Robine,
Jean Marie. (1997). Contacto y relación en psicoterapia. Reflexiones sobre la
terapia Gestalt. Santiago: Cuatro Vientos.
A continuación podrás consultar un cuadro con los artículos de la Revista Figura Fondo que abordan el tema, así como las tesis de nuestros alumnos que podrás consultar en nuestra biblioteca.
Nombre
Artículo
|
Autor(a)
|
Número
Figura Fondo
|
Género: sujetos emergentes y sujetos
extremos. Una mirada desde la violencia en el noviazgo y el feminicidio
|
Laura Fernández
|
26
|
Abandonar la "masculinidad" para hacerse
hombre
|
Sergio Sinay
|
23
|
La revelación del secreto. Una experiencia
terapéutica humanista Gestalt en el tratamiento de mujeres adultas
sobrevivientes de violencia sexual.
|
Laura E. Martínez
|
6
|
La mujer en la menopausia y la Gestalt
|
María Elena Ramírez
|
8
|
Menopausia y climaterio. Crisis y cambios
en la mujeres de mediana edad. Una experiencia grupal
|
Alejandra Padilla
|
15
|
La soledad y los introyectos de realización
femenina
|
Edith Unikel
|
8
|
TESIS
Nombre
Tesis
|
Autor(a)
|
Año
|
El verdugo en la doncella. Cuando las
mujeres ejercen la discriminación de género contra sí mismas
|
Roxana Linazasoro
|
2012
|
La educación de género y la sensualidad
femenina asumidas abiertamente
|
Laila Paris Shaadi
|
2012
|
8 Mujeres
satisfaciendo/interrumpiendo sus necesidades eróticas: una visión de la
psicoterapia gestalt a la respuesta sexual humana
|
Nila Ramírez
|
2012
|
Espejito, espejito ¿cuánto peso he perdido?
Modos de relación de las mujeres obesas
|
Janet Serur Sitton
|
2012
|
¿Y yo sigo siendo el rey…? Aproximación a
la experiencia de la masculinidad en los hombres desde las fronteras del yo y
el impacto en su proceso emocional
|
Angélica García
|
2016
|
Contacto, crecimiento y desarrollo humano a
través de la experiencia de encuentros entre clientes y trabajadoras
sexuales: un estudio de caso
|
Maria Eugenia Heredia
|
2013
|
La significación del cuerpo y la sexualidad
en monjas: una mirada desde la Gestalt
|
Esteban Montejo
|
2014
|
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