1. No te tomes nada personalmente
Cada cabeza es un mundo y somos únicos, por lo que
percibimos la realidad de acuerdo a nuestra función personalidad, que lleva una
historia que nos hace interpretar los eventos de una forma individual. Esa es
nuestra verdad y no es necesariamente verdad para nadie más. Los problemas
inician cuando queremos imponerla al otro.
Nuestras opiniones son únicamente una proyección de
nuestras propias creencias y de lo que existe en nuestra mente, que no tienen
nada que ver con el otro. Los
comentarios agradables o desagradables tienen que ver nosotros mismos y con
nuestra manera de percibir el mundo en ese momento.
Al comprender lo anterior, y partiendo del hecho que nos
estamos relacionando con otro totalmente diferente, se podrían evitar
conflictos innecesarios en la relación de pareja al entender de antemano que
ambos tenemos nuestra propia perspectiva, fruto de nuestra historia personal
que usaremos como los “lentes” para mirar el entorno y al otro. Entonces
podemos abrirnos a la posibilidad de escuchar otra forma de pensar, actuar y/o
sentir, que probablemente no será igual que la nuestra porque partimos de un
condicionamiento distinto, como se revisó anteriormente, y más aún cuando la
pareja se conforma por un hombre y una mujer. También cabe recordar que nuestra
pareja es la pantalla perfecta para nuestras proyecciones.
Existen tantas realidades como seres humanos y no hay una
verdad mejor que otra. Si mantenemos una comunicación impecable, quizá
podríamos recibir al otro sin estar a la defensiva y enriquecer la relación de
pareja con lo que ambos podemos aportar a ella. Así, podremos evitar luchas de
poder para ver quién tiene la razón,
finalmente, la tenemos ambos, desde nuestro punto de vista.
Lo anterior no significa que como respetamos y valoramos
la verdad del otro, tengamos que mantenernos en una relación con alguien cuya
forma de ser es totalmente incompatible con la nuestra, a tal grado que
tengamos que mutilarnos o intentar mutilar al otro para embonar o si en la
relación hay maltrato. Es importante
recordar ser impecables con nosotros mismos.
El
segundo acuerdo sugiere que sea lo que sea que la gente diga, haga o piense no
lo tomemos de manera personal, aun cuando sea un halago, pues no tiene que ver
con nosotros, sino con su propia manera de percibir.
Así,
es posible romper cualquier dependencia que se tenga hacia el otro, pues
nuestra valoración dependerá de lo que nos digamos a nosotros mismos y no
alguien afuera. Sin embargo, podemos escuchar el punto de vista del otro y
ponderar si hay alguna información valiosa para nosotros en su comentario.
Si
logramos ver a los demás tal como son, sin tomárnoslos personalmente, nada de
lo que digan o hagan podrá dañarnos y no nos estaremos exponiendo a sufrir por
nada. Es importante no engañarnos a
nosotros mismos, interpretando y acomodando las palabras o las acciones del
otro de tal forma que las ajustamos a lo que queremos percibir….y no a lo que
es.
¡Cuántas
veces hemos hecho totalmente lo contrario!
Nos hemos contado una historia de nosotros mismos y del otro que es la
que queríamos escuchar, pero que no
corresponde a la realidad, y después nos sentimos desilusionados de nuestra
pareja, e incluso le reclamamos y lo culpamos porque es quien es y no lo que
queríamos que fuera. Ver lo que es puede resultar doloroso pero es la única
manera de relacionarnos con el otro de manera auténtica.
Deseamos
tanto una historia de amor determinada que la armamos en nuestra fantasía y la
proyectamos en el entorno. Como generalmente queremos tener la razón,
acomodamos los eventos de tal forma que embonen con esa historia que
construimos en nuestra cabeza, hasta que no podemos seguirnos engañando y no
nos queda otra opción que ver la verdad.
Cada
quien es responsable de su mitad de la relación, cada quien es responsable de
su felicidad y su bienestar, así como de su incomodidad o insatisfacción. Esta
responsabilización promueve la comunicación, que si es impecable, podrá mejorar
la relación o tener la opción de terminarla sin tanto desgaste y/o drama.
Al
practicar este acuerdo, desarrollamos la habilidad de mirar al otro y a
nosotros mismos con más objetividad, incluso con más compasión.
Si no nos tomamos nada personalmente podemos
ir con el corazón abierto sin temor a ser lastimados, pues ningún comentario
insensible o acto negligente de los demás podrán herirnos, podremos pedir lo
que necesitemos y decir sí o no a lo que deseemos sin culparnos o juzgarnos,
pues siempre podremos seguir a nuestro corazón.
|
Este
acuerdo sugiere salir de la zona de fantasía hacia el entorno para no quedarse
en un retraimiento inútil, en el que enviamos información a las funciones ello
y personalidad que probablemente no sea acertada. La zona de fantasía incluye
toda actividad mental que no está relacionada con lo que ocurre en el momento
presente.
El
problema de hacer suposiciones es que creemos que son ciertas, nos lo tomamos
personalmente y después actuamos en consecuencia, lanzando veneno emocional con
nuestras palabras y creando drama a nuestro alrededor.
Generalmente,
vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. Tenemos la costumbre de
imaginar, en vez de ver la realidad tal cual es y como nuestra atención es selectiva,
iremos interpretando aquellas conductas, palabras o situaciones que confirmen
nuestras suposiciones. Después defenderemos esas suposiciones como si hubieran
sido ciertas, intentando que el otro sea quien no tiene la razón.
Damos
por hecho que los demás suponen igual que nosotros, pero no es así, por eso es
mejor preguntar y aclarar para evitar malos entendidos. Al hacer suposiciones,
lo que está en juego son nuestras creencias alimentadas por la idea de un amor
romántico, lo que implica un comportamiento determinado que el otro debe seguir,
si no se pondrá en duda el amor que nos profesa.
Construimos
una imagen idealizada de nuestra pareja, tomando las características que nos
gustan, dejando de atender lo que no nos gusta. Armamos el rompecabezas de
nuestra relación fantaseada con piezas mancas y espacios en blanco que llenamos
con nuestras suposiciones. En este caso, hacer preguntas es amenazante, pues de
alguna manera queremos seguir creyendo la “hermosa” historia de amor que
elaboramos en nuestra cabeza.
Después,
cuando la realidad finalmente surge, le reclamamos al otro cuando no se ajusta
al guión que hemos creado con base en nuestras suposiciones. Hemos inventado un
personaje al que amamos profundamente, totalmente distinto a ese desconocido que está frente a nosotros,
mostrando su desconcierto al no tener idea del motivo de nuestra desilusión.
Este es uno de los errores más comunes en la relación de pareja, que se une con
las creencias que tenemos sobre el amor y que lejos de llevarnos a la armonía,
nos dejan llenos de malos entendidos y paradójicamente, nos alejan del amor.
En
las relaciones predomina la idea de que el otro sabe lo que queremos o
necesitamos por lo que no es necesario hablar y decir claramente lo que
pensamos, vamos creando figuras ideales que desconoce nuestra pareja.
El
tercer acuerdo nos ayuda a percatarnos de la historia que estamos creando en
nuestra mente y nos invita a cotejar con el otro si estamos interpretando
adecuadamente antes de reaccionar y generar un conflicto. Actuar con esta
consciencia promueve un contacto más profundo y genuino, pues nos atrevemos a
ir hacia el otro con una comunicación abierta en lugar de quedarnos en nuestro
mundo interno. Cuando suponemos y nos damos cuenta, adquirimos información
sobre nuestra manera de percibir el mundo, podemos responsabilizarnos sobre
nuestro sistema de creencias y nos da la oportunidad de hacer las
modificaciones pertinentes, si así lo deseamos.
Al
practicar el tercer acuerdo la lectura de mente queda totalmente fuera del
juego. Por lo tanto, si tenemos dudas sobre nuestra pareja o sobre la relación,
preguntemos. Si queremos o necesitamos algo, pidamos claramente.
Al reconocer el romanticismo idealizado que
nos separa de nuestro ser amado, creamos un espacio al amor para que fluya
entre nosotros.
|
REFERENCIAS
Steiner, L. (2012) Los cuatro acuerdos: una propuesta educativa para la resignificación del concepto de amor de pareja. Tesis de Maestría. México; IHPG.
Ruiz, M. (1998) Los cuatro acuerdos. Un libro de sabiduría tolteca. Barcelona: Urano.
En la revista Figura fondo puedes encontrar los artículos:
· La pareja es lo parejo: un encuentro yo-tu - Marcela Bracho
Figura Fondo 14
· Los introyectos y la pareja - Renatta Arrazola Lara
Figura Fondo 28
· De Buber a Benedetti: la pareja es un collar de encuentros - Enrique Rivera Medina
Figura Fondo 31
· Celos, la otra cara del amor. Una visión desde la psicoterapia Gestalt - Francisco Fierro
Figura Fondo 23
Elección de amor - Noemí Armas
Figura Fondo 12
Propuestas reeducativas para construir un modelo satisfactorio de vida en pareja– Lourdes González Franco
Poliamor en México siglo XXI. Enfoque Gestalt – Andrea Alicia Prado Álvarez
Relación entre la experiencia de vida en pareja y la actividad profesional del psicoterapeuta Gestalt– Vanessa Ramos Flores
Los 4 acuerdos: una propuesta educativa para la resignificación del concepto de amor de pareja– Leticia Steiner
“Mientras te siga eligiendo” El darse cuenta como elemento actualizador de la Relación de Pareja– María del Pilar Uribe Arrangoiz
Dije en lo próspero y en lo adverso. No en el reclusorio Norte – Mónica Uribe Fenollosa
¡Deja tu comentario, nos interesa escucharte!
En el IHPG contamos con una serie de materiales relacionados con los temas de Pareja.
En la revista Figura fondo puedes encontrar los artículos:
· La pareja es lo parejo: un encuentro yo-tu - Marcela Bracho
Figura Fondo 14
· Los introyectos y la pareja - Renatta Arrazola Lara
Figura Fondo 28
· De Buber a Benedetti: la pareja es un collar de encuentros - Enrique Rivera Medina
Figura Fondo 31
· Celos, la otra cara del amor. Una visión desde la psicoterapia Gestalt - Francisco Fierro
Figura Fondo 23
Elección de amor - Noemí Armas
Figura Fondo 12
Y en la biblioteca podrás consultar las siguientes tesis de nuestros egresados:
¿Cómo sobrevivir al riesgo del amor? Una reconstrucción de mis creencias – Sulim Cruz Martínez
Ideales introyectados acerca del amor romántico y su incidencia en noviazgos violentos– Myriam Melo Carrasco
El proceso de actualización de los vínculos primarios a partir de la relación de pareja– Ruth Esmeralda Tova Hernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario